Siempre escribo y hago analogías
que me remontan a mi antigua fe, la del cristianismo. Entiéndanme, ya se me
pasará. Estoy acumulando nuevas en el Islám.
A más de 30 años de
haber empezado a ir a la iglesia me decía - ¡Ah
esos años! ¡Cuando uno es nuevo y todo es maravilloso! –
Uno ama a todo el
mundo, y cuando los amigos preguntan, ¿Por qué ya no sales con nosotros al embriagarte
y a maldecir? Inmediatamente aprovechaba la oportunidad para hablarles sobre
las virtudes de mi conversión.
Pasaba los días
ayunando, leyendo las escrituras, memorizando pasajes y repartiendo folletos a
diestra y siniestra para invitar a otros a la congregación.
En todo me esforzaba
por imitar al maestro, a Jesús (La paz sea con él), repartiendo un “¡Dios te bendiga!” hasta a los que
sabía, no les caía yo bien.
Con los años, muchas
cosas se me hicieron cotidianas y eran parte necesaria de mi vida. Yo decía últimamente
-Señor Mío y Dios mío, vuélveme al gozo
del primer amor- Luego dejaba de orar y me decía para mis adentros – Esa chispa y ese maravilloso misterio en las
dimensiones de la fe, ya nunca volverán. Vienen otras experiencias pero nunca como las primeras-
¡Pues no mis hermanos!
Heme aquí, como una nueva criatura; repitiendo el gozo del primer amor. En un
mejor entendimiento de lo divino, y de nuevo, en mis primeros pasos en la fe.
Haciendo cambios en mi
vida y nuevos y mejores compromisos con el Creador.
Hoy no he repartido cientos
de folletos como treinta y dos años atrás pero Allah me ha permitido terminar
un libro de investigación apologética donde queda documentado el proceso de la
revelación que me llevó al Islám.
Pero eso sí, me siento
treinta y dos años más joven. Ahora, hasta disfruto más la ingenuidad de mis más
absurdas preguntas, y me digo – Soy nuevo,
puedo preguntar hasta lo que no es común preguntar- Es como haber hecho un caprichoso
viaje en el tiempo para disfrutar más lo que me faltó disfrutar.Siento haber recuperado las fuerzas de mi mocedad. Poseo ahora una mejor convicción y una mejor y más grande razón para predicar.
Así es que ya sabes mi hermano (a), si me vez sonreírte sin que nos hayan presentado, entiéndeme, estoy loco de amor. Soy un nuevo musulmán y es mi primer Ramadán.
…y que los más
amigos de los creyentes son los que dicen: “Somos cristianos”. Es que hay entre
ellos sacerdotes y monjes, y no son altivos”.
“Cuando oyen lo que se ha revelado al Enviado, ves que sus ojos se
inundan de lágrimas de reconocimiento de la Verdad. Dicen: “¡Señor, creemos!
¡Apúntanos pues, como testigos! ¿Cómo no vamos a creer en Dios y en la Verdad
venida a nosotros si anhelamos que nuestro Señor nos introduzca con los justos?””
(C. 5, 82-84).
Ya vez hermano, Allah tiene poder sobre todas las cosas, respondió a tu suplica y le añadió muchísima más bendición guiandote a su camino! Que Allah te de un excelente ramadan, perdone tus pecados y acepte todas tus obras!
ResponderEliminarMil gracias!!!
ResponderEliminar