Eternidad

“A quienes hayan creído y hecho el bien hemos de alojarles en el Jardín, eternamente, en cámaras altas, a cuyos pies fluyen arroyos. ¡Qué grata es la recompensa de los que obran bien, que tienen paciencia y confían en su Señor!” (Corán 29: 58)

"Eternamente" Este término encierra un significado incomprensible para la mente humana habituada a moverse dentro de los límites del tiempo y del espacio terrenal.

La mayoría de la gente vive urgida de necesidades como el poder y las posesiones materiales. Esta urgencia ha llevado al individuo a trasgredir los límites fijados en su propia naturaleza ya que están dispuestos a matar, a traicionarse a sí mismos y hasta maldecir a Dios con tal de obtener su objetivo.
Los poderosos invaden territorios y esclavizan a los de su propia especie. Los subyugados se levantan en armas y hacen la guerra de guerrillas para debilitar a los imperios y se forma un círculo de desgracia que se extiende por los anales del tiempo. Una historia de luchas y desolación que nunca llegan a afianzar los que las empiezan.

Por más larga que sea la existencia del hombre en esta vida, nuestra presencia terrena es infinitamente pequeña y hasta insignificante ante el concepto divino de la eternidad. La que Allah ha prometido a quien le sea fiel y deje de mirar lo que está delante de sus ojos y contemple la gloria de su magnificencia.
Esa eternidad, (y perdonen mi atrevimiento) que comienza al momento de aceptar la soberanía de Dios en nuestra vida y se hace patente en cada acción y en cada palabra de nuestra existencia. Es una promesa que cada musulmán vive con gozo y afianza en su fidelidad para con el Creador.

Existe una recompensa para quienes son pacientes y confían en su Señor. Saborear la promesa del Paraíso eterno debiera ser un incentivo poderoso para sobrellevar las adversidades de esta vida. Aún más; debiera ser razón suficiente para no pensar que esta existencia terrena es nuestra ciudadanía y que aquí se acaba todo. De Él venimos y a Él hemos de retornar.
Algunos son mexicanos, otros son turcos, unos venezolanos y otros marroquíes; nosotros somos del Paraíso.

“…los jardines del edén, en que entrarán, junto con aquéllos de sus padres, esposas y descendientes que fueron buenos. Los ángeles entrarán en donde ellos estén, por todas partes:
«¡Paz sobre vosotros, por haber tenido paciencia!» ¡Qué agradable será la Morada Postrera!
(13:23-24)

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